miércoles, 7 de diciembre de 2011

TRAZAR UNA LÍNEA Y EMPEZAR DE CERO


El 9 de septiembre de 2001, el autódromo “El Zonda” de San Juan fue escenario de una polémica maniobra entre Juan María Traverso y Juan Manuel Silva. Era la última vuelta de la carrera, y a la salida del puente, en la curva de 90° a la derecha que deposita los autos en la recta opuesta, Traverso metió su Toyota donde no había lugar, entre el piano interior y el Honda del chaqueño, y para hacerlo lo golpeó de costado, desplazándolo afuera de la pista y pasándolo para ganar la carrera. Silva fue superado también por Gabriel Ponce de León y terminó tercero. Para el Comisario Deportivo, Raúl Marielli, fue lícita y no impuso sanción alguna.

La maniobra despertó admiración y enojo. Muchos, muchísimos en realidad, la aplaudieron y la aplauden hoy todavía, pero aunque sea vistosa y espectacular, todos saben que no está bien.

Hay dos cosas que destacar. La primera es que si bien es cierto que Traverso no pisó siquiera el piano interno, es decir que siempre se mantuvo arriba de la pista, no es menos cierto que el espacio para que su auto entre no existía, y lo fabricó metiendo el auto. La segunda observación, es que Silva perdió además del primero, también el segundo puesto.

Lo que muchos destacan de la maniobra es que Traverso puso el auto de costado y lo aplaudió a Silva, no lo chocó de atrás, sino de costado. Entonces, a los efectos de mirar las marcas en los autos, se trató de un aplauso lateral. Eso convalidó la acción del multicampeón de Ramallo para quien debió juzgar la maniobra.

¿Por qué traer esa maniobra otra vez a discusión?

Porque a finales de 2011, diez años después Matías Rossi superó a Christian Ledesma en la semifinal del Súper 8 de TC2000 en Paraná, con una acción similar, y la polémica volvió a surgir.

La maniobra fue muy parecida, aunque a menor velocidad. Conceptualmente se trató de lo mismo. Quien venía detrás “cruzó” su auto en el ingreso a la curva e impacto lateralmente a quien venía ya doblando delante suyo, lo desplazó de su línea, lo sacó incluso de pista, y lo superó. Todos coincidieron en señalar que es una maniobra sancionable, pero las autoridades del ACA la dieron por válida.

De hecho, Leonel Pernía dijo públicamente que “vi en el Súper 8 que un piloto hizo esa maniobra y no fue sancionado, asique en la final fui y la hice yo también, pero aun levantando para que Werner recupere el puesto, me sancionaron igual”.

Pero aquella de 2001 no fue la única. Se reiteró en 2008, cuando José María López hizo exactamente lo mismo a Mariano Werner, en la misma curva, calcando la maniobra de Traverso, y tampoco fue sancionado. Ahora se repitió, pero en otro circuito diferente. Y nuevamente se volvió a permitir.

La razón por la que haya sido validada aquella maniobra de 2001 ya no importa. De hecho, el Comisario Deportivo que la aprobó ya no ejerce esa función. Fue un error que cualquier ser humano puede cometer, pero fue un error.

No importa donde sea el golpe, si un auto choca a otro para correrlo de su paso y superarlo, está mal. La fricción lateral vale, gusta y divierte, pero cuando ambos autos pueden seguir en la pista disputando la posición.

El golpe artero desde atrás dejando indefenso al de adelante, no vale ni debe valer nunca, porque entonces será imposible poner un límite y todo terminará en una batalla campal. Aquella vez significó una carrera. Ahora pudo significar un campeonato. Quizás es tiempo de tomar una posición un poco más firme al respecto y aclararlo, antes que haya que hacerlo por un escándalo deportivo que pueda generarse en el futuro.

¿Qué les parece si el 1 de enero del 2012, la CDA del ACA traza una línea y comunica que la maniobra de Traverso-Silva en San Juan 2001 ya no es válida? Sería un gran aporte, y le desataría las manos a los propios Comisarios Deportivos que hoy deben aplicar justicia con un antecedente que les complica la vida.

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