domingo, 29 de enero de 2012

¿NOS VAMOS A QUEDAR SENTADOS MIRANDO?


Llegó el día y el teléfono no sonó. Este lunes 30 de enero, Esteban Guerrieri debía presentarse en Sebring con la certeza del aval económico que le garantizara firmar un precontrato para correr en IndyCar para el KV Racing Tecnology en la temporada 2012. El apoyo económico que el argentino esperaba del gobierno nacional no apareció. Quizás llegue, de algún modo, con retraso, con alguna diferencia. Quizás llega y sirve para dar continuidad en IndyLights. Quizás no llega tampoco, y Guerrieri deba seguir empujando por su propia cuenta.

Los tiempos que se manejan no son los mismos. Las decisiones políticas quizás necesitan más gestión, más tiempo. Las circunstancias quizás no fueron las más convenientes. Una larga licencia de la Presidenta de la nación y un movimiento muy grande en torno al automovilismo argentino para que las principales carreras, o parte de ellas, sean televisadas por la TV Pública en 2012, probablemente dejaron como segunda prioridad la evaluación de un apoyo oficial a Guerrieri.

Es parte de lo que puede pasar. Incluso el fallido proyecto de José María López con el equipo USF1, que nunca cumplió su compromiso con la primera mandataria argentina asumido en Casa Rosada exactamente dos años atrás, no deben haber ayudado.

Se puede abandonar todo o seguir insistiendo. El apoyo puede llegar. El gobierno actual ha demostrado un interés especial por el deporte motor. El Dakar desde 2009, aquel apoyo a “Pechito” López, la fecha por el Mundial de Moto GP desde 2013, son pruebas de ello.

Íntimamente, Esteban Guerrieri debe sentir una enorme desilusión. Llegar a probarse la butaca, conocer el equipo, hablar de la fecha para probar, presenciar los ensayos de Tony Kannan, le generaron una enorme expectativa.
Si primer año en el automovilismo norteamericano fue brillante. Debutó con seis Pole Position, tres victorias y el subcampeonato. Nadie puede negar su talento. El salto a IndyCar era el sueño perfecto cumplido, naturalmente, pero no llegar no debe ser el fin del mundo.

De grandes obstáculos muchas veces han surgido grandes oportunidades. Quizás la opción de seguir en IndyLights con Sam Schmidt sea buena, pero también puede serlo incorporarse al equipo del argentino Ricardo Juncos, que ha brillado en la Fórmula Star Mazda ganando el título con Conor Daly en 2010, y que ha dado el salto a IndyLights y tiene a uno de los ingenieros más reconocidos en IndyCar como Jefe de equipo.

Pero por otro lado, Guerrieri es un ser humano y tiene una vida que resolver en otros aspectos con 26 años. Aunque corra sin poner plata, necesita apoyo para vivir, para viajar, para mantenerse, hasta para formar un hogar. El esfuerzo lo hizo tantos años que probablemente este cansado de seguir intentándolo y siempre golpearse con la realidad del apoyo “cero”.

Puede pensar en venirse a Argentina y correr en un equipo oficial en TC2000, sí, claro que puede. Pero sería desarmar todo lo hecho y acomodarse.

Guerrieri, además de talento y experiencia, todavía tiene hambre. Aunque tenga el impulso de bajarse de los aviones internacionales y cambiarlos por viajar en auto a las carreras dentro de Argentina, tiene un serio problema que enfrentar: su lucha interior. Si un piloto está listo y maduro para correr en IndyCar, no está listo para bajar de 330km/h a 200 km/h. No puede estarlo. El león que tiene adentro todavía necesita la velocidad y adrenalina que el automovilismo internacional le da.

Argentina tiene la oportunidad de regresar a lo más alto del automovilismo mundial a través suyo. Hay que insistir, buscarle la vuelta. Parece increíble que nadie se mueva, que nadie lo vea. ¿Qué está haciendo el Automóvil Club Argentino? ¿Para qué le sirve el “poder deportivo delegado de la FIA en Argentina” si sólo es un cuadrito colgado en la pared?

Nadie le pide al ACA que ponga el dinero, eso ya se sabe que no va a ocurrir, pero tomar el proyecto como propio, trabajar oficialmente en el mismo, establecer contactos a los más altos niveles posibles, es algo que una institución como en ACA podría hacer con la certeza de llegar a destino, y un piloto solo no puede.

El año pasado hubo dos accidentes fatales en Argentina que deberían haber sacudido los cimientos del edificio de Av. Libertador 1850. De hecho, los sacudieron. Sólo ellos saben cuánto, y qué cambios son capaces de hacer para evitar que esas cosas pasen cuando ya no deberían pasar. Otra vez lo mismo. Ante la adversidad, una oportunidad. El cambio es posible si se toma seriamente. El cambio profundo y estructural.

Si Jorge Rosales, Presidente del ACA, toma el tema “automovilismo deportivo” con la responsabilidad de saber que en sus manos está la opción de cambio, de crecimiento y de futuro, todo puede pasar.

Esteban Guerrieri necesita que alguien tome esta oportunidad como un proyecto que no sólo lo impulse definitivamente, sino que forme un camino para otros. Si seguimos dejando que vayan solos y se las arreglen, seguiremos llenos de frustración.

Es momento de reaccionar y hacerse cargo del rol que cada uno cumple. Es tiempo de crecer y madurar. Da bronca escribirlo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario