viernes, 2 de septiembre de 2011

BUSCANDO LAS CAUSAS DEL ESCÁNDALO


La suspensión provisoria a Mauro Giallombardo y Guido Falaschi levanta tanta o más polvareda que lo que ambos hicieron en la pista de Paraná en la definición de la etapa regular del Turismo Carretera.

Es lógico, porque aunque para muchos haya sido la carrera más espectacular de los últimos tiempos, término al que apela mucha gente apenas algo lo entretiene más de lo normal, habría que pensar a qué se le llama espectacular. ¿Chocar entre un candidato a título y otro que defiende a su compañero es espectacular? ¿Levantar en la última vuelta para que un compañero gane la carrera y pueda clasificarse es espectacular?

En todo caso, lo que fue la carrera de Paraná, podría calificarse de otra manera, sorprendente, inesperada, emocionante. Pero espectacular no. Porque aunque fue un gran espectáculo, si a la etimología de la palabra hubiera que referirse, ese adjetivo se suele usar para destacar algo como muy bueno. Y lo que pasó no fue muy bueno.

El cierto que los equipos Haz y GPG hicieron juego de estrategias. Es cierto que Guido Falaschi, estaba tratando de evitar el avance de Diego Aventín, tanto sea por cuidar su posición, o por funcionar como dique de contención para cuidar a Norberto Fontana, que estaba delante suyo, y era el rival al que Aventin debía alcanzar y superar.

Pero como hay autoridades para revisar el tema, quizás estaría bueno tratar de mirar un poco más lejos, en busca de las razones o el ámbito para que las cosas se hayan dado así.

El sistema de Play Off instaurado intempestivamente en 2008 ya pasó tres pruebas. Todos, unos más, unos menos, le han encontrado la vuelta, y hay ciertas cosas que se han generado paralelamente en todos los equipos.
Ya se sabe que no es negocio ganar en las primeras cinco fechas. Agustín Canapino ganó la primera y quedó afuera. Néstor Girolami ganó la segunda y estaba afuera hasta unos metros antes de la bandera a cuadros. Matías Rossi ganó la tercera y si bien consiguió entrar, no hace falta detallar el derrotero de cambios de preparadores que hizo buscando mejorar un auto que aún no recuperó la competitividad. Mariano Werner ganó la cuarta fecha y está afuera. Guillermlo Ortelli ganó la quinta y si no hubiera sido por el “colchón” de puntos que logró, hubiera corrido serio riesgo, porque desde que cargó los 30 kilos, desapareció de la punta. Todos tendrán algún agravante, pero no es casual.

Ésta situación generó un cuello de botella que aún no terminó. En Paraná se dio lo que ya sabemos y si no hay un orden estricto, seguirán pasando cosas inesperadas y desesperadas en las cinco carreras del Play Off. A esta altura del campeonato, Ugalde, Ponce, Giallombardo, Martínez y López, no pudieron ganar.

Quizás lo que habría que hacer, es pensar en un cambio al sistema de Copa de Oro. No sacarla, o sí, pero sí al menos modificarla. Se han escuchado muchas ideas y propuestas. Cambiar la escala de puntos, ampliar la cantidad de clasificados al Play Off, sacar los kilos. Todo es posible y válido para analizar, pero el sistema parece haber llegado a un punto de encuentro único para todos.

Se hace camino al andar. Es cierto. No habría que rasgarse las vestiduras por tener que evaluar un nuevo cambio. Puede ser un retoque o una reforma grande.

Sólo vale una reflección como muestra de la complejidad del tema: Se juzga como una barbaridad lo que hizo Mauro Giallimbardo, de entregar una victoria en TC, que es sagrada, y es cierto. Es sagrada para cualquier piloto argentino. Sin embargo, el sistema de campeonato desalienta a un piloto a querer ganar hasta último momento. Para pensarlo.

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