martes, 30 de agosto de 2011

EL VERDUGO DE GIALLOMBARDO


Tan fuerte emocionalmente fue la carrera de Turismo Carretera en Paraná como controversial. Queríamos emociones fuertes, peleas duras, batallas campales, las tuvimos. Esa parte de la carrera final de la etapa regular 2011, fue la que dejó conmovidos a todos. Pocas veces se dio y se dará que en los últimos tres kilómetros de carrera, cambie de semejante forma una clasificación de un campeonato. Es cierto, no era el título sino el último lugar para entrar a los Play Off, pero fue casi lo mismo. Era lo único que estaba en juego en la 11ma. fecha.

Pero hubo otra situación que generó la controversia. La cesión de la punta por parte de Mauro Giallombardo a Néstor Girolami en los últimos 1.000 metros de carrera.

Y la controversia está en el hecho deportivo en sí, porque después de escuchar a Giallombardo, nadie ha dudado en felicitarlo por su calidad humana, de esa que en el automovilismo no se ve mucho.

Hubo tantas opiniones que valía tomar distancia y ver la situación con la mayor frialdad posible. Así como un piloto se baja enojado del auto y dice cosas como las que dijo Diego Aventín de Fernando Hidalgo y Alberto Scarazzini, un periodista puede dejarse llevar por sus impulsos y salirse de foco en una evaluación en caliente.

¿Qué es lo que molesta tanto? Depende a quién.

Al público, quizás al que habría que prestarle más atención que a ningún otro, porque en el caso del público del Turismo Carretera, hay algo que trasciende todo, y es el amor y el fanatismo por la marca.

El hincha de Ford se sintió traicionado porque no ganó un Ford, y aquí hay varias cosas que deberían considerarse, y que excluyen a Giallombardo. El clima venía denso porque en la serie Guido Falaschi había dejado pasar a Norberto Fontana. En la misma serie, José Savino había tocado a Mariano Werner dejándolo prácticamente afuera de la Copa de Oro justo en su casa. Y después, otra vez Falaschi, se había tocado con Diego Aventín, dejando afuera de la carrera a los dos Ford, pero además, afuera al “Pumita” de la posibilidad de seguir corriendo para entrar a los Play Off. Es cierto que no estaba adentro, pero no es menos cierto que seguro se quedaba afuera con el accidente.

Después, el lunes, la gente se empezó a dar cuenta además, que de los cinco Ford que están adentro de la Copa de Oro, sólo uno ganó, el de Guido Falaschi, mientras los otros cuatro deberán ganar al menos una de las cinco carreras que quedan. Y eso les dio otro motivo para sentir enojo.

El resto del público se pudo sentir defraudado porque en una carrera tan intensa, en la que se peleó tan fervientemente por ganar, y hubo tres punteros distintos legítimos, quien debía ganar entregó la carrera a metros de ganar. Salvo los hinchas de Ford, a los demás quizás no les haya importado tanto el cambio de marca ganadora. Entonces la decepción vendría por el lado del espíritu deportivo, de los códigos de confianza que se construyen entre un espectador como el del TC y “su” categoría. Y aunque no sea culpa de la categoría, la gente se la tiene que agarrar con alguien, y rápidamente piden sanciones o modificaciones reglamentarias que impidan una situación así otra vez. Ese mismo público es el que reclama por el desembolso de dinero que significa viajar a una carrera de TC y estar adentro del circuito tres días, para después recibir la bofetada de un resultado “arreglado”.

¿Qué se puede hacer para combatir esto? Muy poco, casi nada. Sólo sancionar una maniobra de ese tipo, pero entonces la harían disimuladamente y no se podría comprobar “el delito”. Las ayudas de equipo tuvieron que ser aceptadas en la mismísima Fórmula Uno, porque no hay como combatirás. La gente lo sabe, a pesar del fanatismo, sabe que esto existe, y ha existido muchas veces, sin tanto escándalo de por medio.

Entonces se sigue la búsqueda de las razones para tanta controversia, lo que nos lleva, al menos a éste periodista, a los sentimientos, a las emociones. Esa variable que el ser humano no puede controlar. Vale preguntarse si quizás lo que haya generado tanta discordia, sea una gran empatía con Mauro Giallombardo. Y aquí es donde se recorre un camino muy subjetivo, que distorsiona según el ojo del observador, y por eso justamente provoca el debate. Cuando la gente debate ideas se escuda en argumentos. Cuando se debaten sentimientos, no hay explicaciones que valgan.

Giallombardo está triste. Tranquilo con su conciencia, porque hizo lo que le dictaba su corazón en esos cinco segundos en los que tuvo que decidir, y decidió no ser el verdugo de Girolami, pero triste y amargado. Lo dice, pero aún cuando trata de disimularlo, se le nota en la cara.

Ganar una carrera de TC es muy difícil. Quizás para Mauro haya llegado más rápido porque es talentoso y porque entró al TC en un equipo de primer nivel, pero la dificultad no es menor. Hubo pilotos que han ganado sólo una vez, y hubo otros que no lo han conseguido todavía.

Pero la dificultad para ganar no es el único escollo de Giallombardo. Néstor Girolami quedó en deuda con él, y si se diera la situación de venir ganando con Mauro atrás, debería cederle una victoria, ¿No? El problema es que si lo deja pasar, podría estar perdiendo puntos contra un rival del campeonato. Dentro de las cinco carreras de la Copa, además de compañeros, serán rivales. Claramente se perjudicaría.

Más aún. Girolami, si es consecuente con el equipo, debería hacer lo mismo incluso con Gabriel Ponce de León, que necesita ganar. Si el equipo funcionó como tal para que gane él, debería funcionar así para que ganen sus compañeros. Pero otra vez, sería resignar puntos clave para ser campeón de TC.

El automovilismo genera misteriosamente casualidades increíbles. A la carrera siguiente a que Ponce de León estrelló contra la pared de boxes a Juan María Traverso en Río Cuarto, ambos debieron compartir nuevamente la misma fila de largada en La Plata. ¿Se acuerdan? Y de esos hubo muchos casos…

Giallombardo no quiso ser el verdugo de Girolami, pero ¿Alguien se detuvo a pensarlo al revés? ¿Girolami no habrá sido el verdugo de Giallombardo? Quizás tenga en las próximas carreras, la oportunidad de no serlo… porque hasta ahora lo es.

1 comentario:

  1. Linda nota..Lo q hizo Giallombardo personalmente no me gusta mucho,pero se bien q el automovilismo se maneja de esta manera y q por algo existen los equipos..Es una lástima y una pena el momento q tuvo q pasar Mauro,ya q es un pibe q tenía a 1000mts su 1era victoria en el TC.Igualmente no tengo dudas de q muy pronto se le va a dar ya q es un piloto con un futuro bárbaro.En cuanto a si de darse la situación inversa Girolami haría lo mismo??q buena pregunta.Debería...de ahí a q lo haga no lo se,solo el tiempo lo dirá.A esperar se ha dicho!un abrazo.Manuel.

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