miércoles, 18 de mayo de 2011

LA REUNION FANTASMA


La dirigencia del automovilismo argentino no está pasando un buen momento. Hace un mes se viene anunciando un cónclave de dirigentes en el ACA, para comenzar a trabajar en temas comunes, como si algo hubiera cambiado y estuviésemos ante una situación de crisis terminal. Ha habido muchos momentos críticos para esta actividad y nunca se hizo una reunión para atacar los problemas en conjunto.

El TC apostó a la Industria Nacional en plena crisis económica y salió adelante solo. El TC2000 cambió un reglamento que lo llevaba derecho al cementerio y empezó de cero. El TN sobrevivió a un cambio de fiscalización que obligó a ciertos ajustes urgentes, y la Fórmula Renault enfrentó el recambio total de sus autos, y ya consiguió elevar el parque que tenía antes de iniciar ese proceso.

En Argentina se construyen autódromos por todos lados, algunos llegarán, otros quedarán en el camino. Quizás algunos pocos nunca puedan superar la etapa del proyecto y nada más. El seguimiento a la construcción de nuevas pistas, o el control sobre las reformas a otras, sigue siendo el mismo. Hay casos donde se sigue de cerca cada paso que se da, y otros donde sólo se inspecciona cada tanto. Nada nuevo bajo el sol. Nada que motive una necesidad de un cónclave tan urgente. Porque lo que pasó en Mendoza no es la primera vez que pasa y nadie llamó nunca antes a una reunión con tanta insistencia.

Lo que sí está pasando es que el Top Race no consigue salir del pozo en el que se ha autosepultado, desde que decidió romper relaciones con la ACTC y el grupo económico que maneja la televisión del resto del automovilismo argentino. Y justamente, es Alejendro Urtubey quien ha dado difusión pública a estas reuniones.

Oscar Aventín rompió el silencio en Termas de Río Hondo y dijo que Urtubey se había ido a pesar de sus muchos intentos por convencerlo para que se quede “dentro del sistema”. El empresario salteño le contestó diciendo que le falla la memoria porque el Top Race no se fue, sino que lo echaron.
La ruptura en sí, sólo ellos saben quien la provocó, pero habría que preguntarse ¿Qué razones podía tener la ACTC para romper con la única categoría nacional creada por ellos más allá del TC y apoyada por más de una década para que alcance notoriedad? No hay muchas posibilidades, sólo algunas referidas a una lucha de poder. Algo que, vinculado al crecimiento, incomodara la convivencia de ambas categorías. Puras especulaciones.

Entonces ¿Por qué la reunión cumbre, si sólo es el Top Race el que la necesita? Pueden escucharse miles de especulaciones más. Valen más los datos concretos. La reunión fue convocada dos veces y dos veces se postergó. La primera porque nadie sabía, al menos eso dijeron Oscar Aventín y Hugo Paoletti. La segunda, a la que todos habían sido invitados, porque Pablo Peón está en el exterior y se acerca el Rally Mundial. La postergación casualmente se comunicó justo tres horas antes, aprovechando la Conferencia de Prensa de lanzamiento de la carrera mundialista en el mismo edificio al que debían concurrir los dirigentes esa tarde.

¿Pero cómo, no sabían que Peón estaba de viaje y que el rally que ellos organizan se corría una semana después? Pareciera que no pueden lograr la convocatoria a tan importante cónclave. ¿O será que no es tan importante para los invitados?

Quizás. En medio de tanta “histeria” dirigencial vale sólo hacerse una pregunta:
¿El ACA quiere proteger a su nueva categoría, y ayudarla a salir del pozo, o lo que quiere es recuperar las riendas del automovilismo y tiene una excusa perfecta?

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