lunes, 16 de enero de 2012

GUERRIERI, EL MOMENTO JUSTO


Mientras el Rally Dakar 2012 salía de Chile y entraba en Perú concentrando la atención de los medios de comunicación argentinos casi al 100%, Esteban Guerrieri volvió a Estados Unidos para formalizar la esperada visita a la sede del KV Racing Tecnology en Indianápolis.

Allí lo esperaba uno de sus dueños, el ex campeón de CART Jimmy Vasser, quién lo recibió cordialmente, lo llevó a ver las instalaciones del equipo, y luego lo invitó a almorzar. Por la tarde, de regreso en la sede del KV, Guerrieri se vistió de piloto y se sentó dentro del auto para que le hagan la butaca y marquen los ajustes de la pedalera a su gusto.

Vasser tiene en el equipo a una de las “joyas” de IndyCar, el brasileño Tony Kanaan, quien inicia su 15to. año en la serie de monoplazas americana y conoce a la perfección su funcionamiento. Pero Vasser quiere formar un futuro campeón y ha descartado ofertas de otros pilotos con muy buen Budget, porque prefiere que sea Esteban Guerrieri quien ocupe el lugar junto al brasileño y al venezolano Ernesto Viso, que permanecerá en el equipo también.
Vasser no sólo ha visto correr a Esteban en 2011 en Indy Lights, sino que ha estudiado al argentino, de quién ha resaltado su velocidad y su sensibilidad para ganar terreno frenando. Pero para el ex campeón norteamericano, no sólo vale lo visto, sino también lo conocido por Guerrieri.

La experiencia adquirida en Europa y su profundo conocimiento del comportamiento de los frenos de fibra de carbono, que se incorporan a IndyCar en el nuevo Dallara DW12 a partir de este año, es una cualidad que puede cotizarse mucho.

La renovación completa de los autos y motores que hará la categoría para 2012 igualará las condiciones para todos y es una oportunidad que puede aprovechar Guerrieri para mostrarse en mejores condiciones que si tuviera que iniciarse con los autos que todos conocen. Su primer año en EE.UU. fue de experiencia pura, pero aun así, ganó cuatro carreras, hizo seis Pole Positions y fue subcampeón. No se pasa desapercibido en el Paddok de una serie cuando las cartas de presentación son de semejante contundencia.

Es la oportunidad de Guerrieri, y probablemente del automovilismo argentino en su conjunto, de dar continuidad a un proyecto que comenzó en silencio, con esfuerzo propio, y sin pedir nada a nadie. Ahora llegó el momento de apostar por él. Ojalá lo hagan quienes puedan hacerlo. Es el momento justo.

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