lunes, 9 de enero de 2012

DESPRÉS SE EMBARRÓ MÁS TODAVÍA


Emiliano Spataro dijo después de terminar el Dakar 2011, que una de las cosas que más le llamó la atención de esta carrera fue la solidaridad entre los pilotos. “Un día recibí la ayuda de otro competidor, al que ni siquiera le hice señas, simplemente paró, me ayudó y se fue. No pude ver quién era, entonces desde ese momento, cada vez que veía a alguien parado, me detenía por si necesitaba asistencia. Es el espíritu de esta carrera, lo que la hace más maravillosa todavía.”

El Dakar 2012 tuvo varios episodios distintos en los que esa relación entre los participantes se volvió a manifestar, y como si fuera un código de caballeros, todos lo tienen presente.

Ver a Nasser Al Attiyah con una pinza en la mano, ayudando a un piloto de cuatriciclos, fue otra prueba importante, porque demostró que incluso las figuras del Dakar son consideradas con sus pares menos famosos. No en todos los casos, siempre hay alguna oveja negra.

Dijo Al Attiyah que en 2004, cuando corrió su primer Dakar y se quedó sin combustible, un motociclista paró y le dio el suyo para que pueda seguir, quedándose él mismo sin combustible para continuar. Alguien lo ayudaría, pero la solidaridad manifestada dejó una marca profunda en el príncipe de Qatar, que no olvidó jamás.

Guilherme Spinelli, piloto brasileño que compite con un Mitsubishi Racing Lancer ex oficial en 2009, tuvo problemas con el alternador en medio de una etapa. Lo cambió gracias a un espectador que fue hasta su casa y le trajo otro en buen estado. Al llegar al viouvac se presentó ante los Comisarios Deportivos y renunció a la carrera. Había faltado a las reglas de asistencia externa y aunque no lo había visto nadie, la culpa y la vergüenza deportiva era más fuerte. Dicen que es la primera vez que pasa en los Dakar, y que por ese gesto de ética, quizás sea invitado de la organización el año próximo.

El ruso Eduard Nicolaev chocó a la camioneta de los hermanos Di Palma y la hizo volcar. En el accidente rompió una goma. Entonces mientras los argentinos ponían nuevamente sobre sus ruedas su vehículo, los rusos se detuvieron a cambiar la goma rota. Cuando terminaron simplemente se fueron, sin siquiera acercarse a ver si todo estaba bien con sus víctimas. Fueron excluidos por las autoridades de la carrera, aun siendo un camión oficial del poderoso equipo Kamaz.

Los primeros kilómetros del especial del día 8 de carrera, fueron complicados para los motociclistas. Las lluvias caídas recientemente habían transformado un camino normal en una trampa de arcilla blanda. Marc Coma dijo haberla visto a tiempo y esquivó, pero Cyril Després no, y repentinamente salió volando por sobre su manubrio cuando la rueda delantera de su KTM se hundió sin darle tiempo a reaccionar. La moto quedó acostada y semi sumergida en ese barro. Després se resbalaba, sus piernas su hundían en algo que hasta parecía arenas movedizas.

Apenas un minuto después cayó en el mismo lugar Paulo Goncalvez y quedó en una situación similar. Després le pidió ayuda y el portugués dejó su moto para auxiliarlo. Con mucho esfuerzo lo consiguieron, entonces Goncalvez regresó a su moto para intentar sacarla, pero inexplicablemente vio como Després simplemente se subía a su KTM y seguía su carrera. Le gritó, pero no lo escuchó, o no quiso escucharlo.

Quien hasta ese momento era el vencedor del Dakar por casi 10 minutos de ventaja, acababa de perder la punta y quedar segundo al menos a otros 8 minutos más. Para colmo, con tanto barro, navegar y ver los instrumentos le resultó dificultoso, y se retrasó aun peor.

En el momento del problema del barro, el propio Etienne Lavigne bajó con el helicóptero y se hundió personalmente en el barro para ayudar a salir a Goncalvez y Ullevalseter. De algún modo, eso fue como un reconocimiento de culpa de los organizadores. Los pilotos en el reaprovisionamiento intermedio discutieron entre sí, esa dificultad no figuraba en el Libro de Ruta que les entregan antes de largar. Por esa razón, aunque polémica, pareció sensata la decisión de los Comisarios Deportivos, de anular el tiempo que perdieron los pilotos que quedaron atrapados en ese barro. Entonces, Coma quedó puntero pero con Després a sólo 1’26” y no a 9 como había quedado.

El español se indignó con la decisión de las autoridades, y es cierto que él esquivó el obstáculo, pero si fue un error de la organización, no está tan mal que lo hayan corregido. De hecho, al ver el problema, alertaron y desviaron al resto de los competidores, lo que claramente dejó en desventaja a los seis que no pudieron sortear el escollo de lodo.

Pero aunque molestara la reclasificación, lo que en realidad dejó perplejos a todos fue la actitud de Cyril Després con Paulo Goncalvez. El repaso del comienzo de esta nota habla de un modo de correr un Dakar. Habla de solidaridad, de compañerismo, de ética, de honor. Valores que realzan a las tripulaciones que se anotan en esta mítica competencia casi como uno de sus ejes fundamentales.

Després, con el talento que tiene y con lo que queda de carrera por delante, todavía podría encontrar la oportunidad para recuperar. De hecho, la ventaja que llevaba a Coma había sido por un error de navegación del español. En un Dakar, todo puede pasar, hasta último momento, y Cyril dejó abandonado a Goncalvez como si la carrera terminara hoy mismo.

Queda Iquique, Arica, Perú… con todo su misterio y sus inundaciones por lluvias que no cesan hace varios días… No vaya a ser que Després se vuelva a caer en el barro… quizás se quede solo esta vez.

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